viernes, 29 de marzo de 2013

Despertar.

Anoche tuve un sueño bastante vívido que involucraba a mi padre y a Marianela Finuccci, la primer chica que amé. Hacía mucho que no tenía esta clase de sueños, pero por lo menos me dejaron en claro dos cosas: Los asuntos con mi padre no resueltos, me pesan, y en el fondo de mi inconsciente quiero arreglarlos; y en el fondo me siento débil aún hoy ante Marianela, y su nombre, al lado de la pregunta "Por Qué?" siguen pesando dentro mío.Van a cumplirse casi 8 meses desde el pozo y desde los incidentes con Marianela, mejor conocida como "Merian". Y una parte mía está furiosa porque aún hoy esos eventos tengan peso en mi persona. 

Iba a dedicar esta nueva entrada a la perdida de los códigos en la sociedad, en que en vez de aprender de aquello qeu vivimos en el pasado parece que estamos retrocediendo de forma intelectual. Iba a plantearme si es posible en calcular una "Equación humana" para cada persona, si era posible mediante las cosas que conocemos de una persona resolver una incógnita que nos planteamos de  la misma. Iba a Plantear el hecho de que cada interacción social que tenemos es única, uno no conoce a una persona de la misma forma que la otra persona conoce a esa misma. Iba a filosofar sobre el que estamos compuestos a la medida de lo que merecemos, que es "más fácil para el hombre morir con honra que pensar con orden". Pero nuevamente estoy contaminando este espacio de reflaxión social con mis pensamientos egoístas. Con sentimientos inconclusos y traumas no elaborados.

"El apuñalado se transformó en el puñal", pagué a otros con la moneda que me pagaron a mí. hice sufrir a gente, hice llorar a personas muy querídas. Me pregunto si hay algún paso a la redención desde este punto. Tomé la determinación de no esta más en pareja, por lo menos por un rato. Pero es posible decidir eso con una mera determinación. Hace poco ví a una amiga, una amiga con la que en antaño compartía mis pensamientos más profundos. A la que abracé y con la que lloré. Y quería decirle "Te Amo". Pero la tristeza que me quedó después de los incidentes de el pozo se sobrepuso a eso. Me combertí en un extraño para ella. Cada vez que la veo mi mente me pasa la factura al respecto. "Me odiará?" "Estará enojada conmigo?" "Sentirá lo mismo que siento yo?".

Me juré que no iba a volver a estos planteos. Tal parece que soy un mentiroso también.

No voy a volver al pozo, pero mi cabeza quiere una respuesta.

Esto debería ir en mis memorias, no acá. Es una lástima que halla llegado a esto.

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